Hace escasas horas se comunicaba una operación conjunta con la NCA británica en la que se han registrado veintiocho domicilios, de ellos ocho en España. En los mismos se han incautado nueve mil euros (cinco mil en Italia y cuatro mil en España), portátiles, teléfonos, discos duros, tablets, tarjetas de crédito y documentación sobre las actividades de la red.
España ha sido testigo de múltiples detenciones en los últimos años, a finales de 2014 el ciberataque a una web de un medio de comunicación español se saldaba con la detención de 3 sospechosos en Madrid y uno en Tarragona. Pero antes hubo muchas otras, desde la más sonada de Isla Tortuga, hasta las realizadas a integrantes de Anonymous en 2011 y 2012, o la mediática detención en Granollers en 2013 de un excéntrico hacker holandés.
El cibercrimen crece y la figura del ‘cibercriminal detenido’ empieza a ser una constante en los medios de comunicación ¿Quiénes son estos sujetos? ¿Qué motivaciones pueden impulsar a que se cometan este tipo de delitos?
Los expertos destacan que los motivos que se hallan detrás de esta tendencia son principalmente económicos. En un entorno mundial marcado por la crisis, el malware se convierte en una fuente de ingresos recurrente y estos individuos, algunos trabajan en grupos organizados y otros por libre, buscan datos valiosos e información confidencial. Según un estudio de Check Point (el mayor proveedor mundial especializado en seguridad e inventor del firewall) más de la mitad de los ataques se ejecutan con la finalidad de cometer fraude financiero. Sin ir más lejos, España, es el quinto país más vulnerable de Europa en este ámbito, con, por ejemplo, 123 millones de dólares de pérdidas sólo por fraudes en tarjetas de crédito.
Otros de los factores que influyen, según los expertos, es cultural. En el caso de España, nos encontramos con un país volcado en Internet, con, según el INE, casi un 75% de los hogares con conexión disponible y con 1 de cada 2 españoles asiduo a las redes sociales. El elevado nivel de exposición a la red, acompañado por la mentalidad cultural de una Internet libre, puede hacer más sencilla y asequible la tarea para los cibercriminales.