
Comienza el verano y las costas españolas esperan multitud de visitantes. En este contexto, el mercado inmobiliario vive su propia temporada alta. Las compras de vivienda por parte de extranjeros no residentes —muchas de ellas destinadas a convertirse en segundas residencias o en activos para alquiler turístico— no solo se mantienen, sino que siguen creciendo.
Sigue leyendo