Finales de los 90: el miedo al efecto 2000, la música electrónica de vanguardia y las películas sobre realidad virtual eran la principal fuente de inspiración de los juegos de carreras como la serie Wipeout, Star Wars Racer o F-Zero. Las peligrosas carreras a velocidades imposibles y las naves futuristas como vehículo de competición parecían querer adelantarse al futuro de la Fórmula 1 o la Moto GP. Quince años después, cuando creíamos que los juegos de carreras hiperrealistas habían acabado prácticamente con ese género arcade noventero, llega su heredero espiritual, FAST Racing Neo y no ha dejado indiferente a la crítica. Consecuencia de un apartado gráfico impecable en alta definición y el buen uso de las opciones que nos brinda este “futuro actual”, como el juego online y los rankings mundiales, el juego del estudio alemán Shin’en Multimedia y exclusivo de Wii U ya supera el 80 en Metacritic. ¿O será por la envolvente la sensación de velocidad que produce el sonido óptico y la fluidez de las 60 imágenes por segundo?
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