Durante la primavera pasada, un grupo de 45 colegialas se encerraron en la sala de informática del instituto North Thanglong Economica & Technical de Hanoi, Vietnam. Entre risas y emoción, las jóvenes de entre 15 y 16 años tenían un duro trabajo por delante: jugar a Minecraft.
Juntas, construyeron modelos 3D recreando los rincones más oscuros de su vecindario y reimaginándolos como más seguros, funcionales y bonitos. Este trabajo no fue solo un ejercicio de imaginación. Estas chicas formaron parte del proyecto Bloque a Bloque – Block by Block en inglés –, un programa de la ONU y Mojang, los desarrolladores de Minecraft, que usa todo el poder del juego y los diseños de los residentes para mejorar los espacios públicos alrededor del mundo.
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